Foto: Movimiento Ciudadano Para Que No Se Repita
El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la Organización de Naciones Unidas regresó al Perú después de tres décadas. Entre el 1 al 10 de junio de 2015 viajó a diversas regiones del Perú con el propósito de examinar las principales iniciativas y políticas emprendidas por el Estado peruano sobre cuestiones relativas a las desapariciones forzadas o involuntarias de personas - tanto las que tuvieron lugar durante la violencia entre 1980 y 2000 como las actuales- y analizar en particular los aspectos concernientes a la justicia, la verdad, la reparación y la memoria para las víctimas de desapariciones forzadas.
Luego de una serie de reuniones con instituciones del Estado, organizaciones de víctimas y familiares de las personas desaparecidas, y de la sociedad civil, presentó un informe preliminar sobre la situación de los casos de desapariciones forzadas en el Perú, y compartió sus observaciones sobre la política peruana de atención a las secuelas y causas de la violencia vivida.
“Se necesita un fuerte liderazgo político para diseñar e implementar políticas públicas comprensivas para tratar con las desapariciones forzadas y sus consecuencias de una manera integral. Este proceso debería ser llevado a cabo de manera urgente”.
La situación política y socio-económica del país ha cambiado radicalmente. Existe un contexto democrático diferente, se han logrado muchos avances. En particular se ha abandonado la política de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, incluidas las desapariciones forzadas.
Las heridas siguen abiertas y muy presentes en las víctimas. La población continúa estando profundamente dividida y persisten las visiones opuestas respecto a la percepción y la interpretación de los hechos del pasado. No se ha promovido un proceso nacional en pos de la reconciliación.
Es necesario trabajar en aspectos fundamentales para la construcción de una memoria compartida en la población, que lleve a la reconciliación en el país. El sistema educativo tiene un papel clave en este proceso, el cual ha logrado un progreso restringido. Resulta de suma importancia el desarrollo de materiales didácticos en todo el sistema educativo civil y militar, que tome en consideración las diferentes formas de entender la historia reciente y que permita crear una base para la reconciliación nacional.
Hay necesidad de inclusión, participación e información para todas las víctimas en todos los procesos. Fundamentalmente, se necesita tener una perspectiva de género en los diferentes pasos a seguir. Además, es esencial que los familiares participen de manera integral en todos los procesos de búsqueda de sus seres queridos.
Muchos de los familiares, testigos y perpetradores se están muriendo y mucha de la evidencia física se está perdiendo irreversiblemente. Para superar dicha situación se necesita un fuerte liderazgo político para diseñar e implementar políticas públicas comprensivas para tratar con las desapariciones forzadas y sus consecuencias de una manera integral. Este proceso debería ser llevado a cabo de manera urgente.
Es prácticamente insoportable para los familiares de las víctimas aceptar que más de 30 años después de los hechos aún no tienen información alguna sobre la suerte o el paradero de sus seres queridos. Perú ha optado por una estrategia de judicialización antes que humanitaria que tiene por objetivo central la determinación de responsabilidades penales de los perpetradores, antes que la búsqueda de la persona desaparecida.
Aún no existe una cifra final de la cantidad de personas que fueron desaparecidas forzosamente lo cual dificulta la plena realización del derecho a la verdad. En el Registro Único de Victimas (RUV) existen 8661 casos registrados. Sin embargo, es ampliamente reconocido que esa cifra podría ser mucho mayor. El CICR y el Ministerio Publico estiman que la cifra asciende a entre 13000 y 16000 desaparecidos forzosamente.
Resulta de particular y extrema preocupación que, pese a los años transcurridos y las reiteradas solicitudes de información relevante para las causas por desapariciones forzadas al Ministerio de Defensa, este último no haya contribuido con el sistema de justicia en la entrega de información clave valiéndose de diversos argumentos, constituyéndose no solo en un obstáculo permanente y sistemático para el procesamiento de estos graves delitos, sino también una manifestación expresa de falta de voluntad del Estado por alcanzar la justicia en estos casos y el cumplimiento de sus obligaciones internacionales.
La protección de testigos, ésta debe ser más efectiva y eficiente. El grupo hizo un llamamiento al Estado peruano para que tenga un rol más proactivo, efectivo y eficiente en la protección y creación de confianza de testigos y familiares. Los testigos aún sienten temor de declarar y hablar abiertamente sobre los hechos.
Logros del Estado peruano identificados por el Grupo de Trabajo:
Agradecimientos y llamado:
El Grupo de Trabajo agradeció al Gobierno del Perú por la invitación y la cooperación ofrecida para llevar a cabo todas las reuniones requeridas en Lima, Ayacucho y Huánuco. Expresó su solidaridad con todas las víctimas del conflicto y reconoció el importante rol del CICR, las organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil para facilitar el acceso a la justicia; Sin embargo, señaló que el Estado quien debe asumir su responsabilidad de proporcionar un apoyo más integral a los familiares y a las víctimas, por ejemplo facilitar su presencia en las audiencias y su participación si no manejan el idioma español, asistir a los familiares en el retorno a sus lugares de origen luego de una restitución de restos.
Lea aquí el informe completo de Observaciones Preliminares del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la ONU
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